La antena es la número 66 y la última en ser enviada al observatorio. Norteamérica ha proporcionado 25 antenas de 12 metros, mientras que Asia del Este ha entregado 16 (cuatro de 12 metros y doce de 7 metros). A fines de 2013, se espera que todas las antenas de radio de alta precisión, capaces de captar ondas milimétricas y submilimétricas, se encuentren en funcionamiento y operen de forma simultánea como un solo telescopio, en un conjunto que se extenderá hasta 16 kilómetros a través del llano de Chajnantor, ubicado en el desierto de Atacama en el norte chileno.
El Observatorio ALMA fue inaugurado por el presidente de Chile, Sebastián Piñera, en marzo de 2013. Este evento marcó la culminación de todos los sistemas principales del enorme telescopio y la transición formal de un proyecto en desarrollo a un observatorio completamente operativo.
Con esta última entrega, la fase de construcción de las antenas de ALMA llega ahora a su fin [1] y permite el uso para fines científicos de las 66 antenas, lo que supone el comienzo de una nueva era de descubrimientos astronómicos. “Este es un importante hito para el Observatorio ALMA, ya que permite a los astrónomos de Europa y otros lugares utilizar el telescopio ALMA de forma absoluta, con toda su sensibilidad y su área total de recolección de luz”, comenta Wolfgang Wild, Gerente del Proyecto ALMA para Europa.
Asimismo, el envío de la última antena europea refleja además el cumplimiento del mayor contrato concedido por ESO hasta el momento. El contrato con el consorcio AEM [2] comprendía el diseño, fabricación, transporte e integración de las 25 antenas en el sitio.
ALMA ayuda a los astrónomos a responder preguntas trascendentales acerca de nuestros orígenes cósmicos. El telescopio observa el Universo usando luz con longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, ubicadas entre la luz infrarroja y las ondas de radio en el espectro electromagnético. La luz a estas longitudes de onda proviene de algunos de los objetos más fríos y distantes del cosmos. Entre estos se encuentran las frías nubes de gas y polvo en donde nacen nuevas estrellas y las galaxias remotas ubicadas en los confines del universo observable.
El Universo es un lugar prácticamente inexplorado en estas longitudes submilimétricas, ya que los telescopios requieren condiciones atmosféricas con niveles extremadamente bajos de humedad, como las que entrega el llano de Chajnantor, además de enormes antenas y avanzadas tecnologías de detección. Incluso antes de su finalización, ALMA ya ha sido empleado en una gran cantidad de proyectos científicos y ha demostrado un enorme potencial con la publicación de numerosos e interesantes resultados.
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