Situado a solo 13 años luz de la Tierra, Kapteyn b, se erige como el nuevo candidato para albergar vida en el universo. En la investigación participó el astrónomo de la Universidad de Chile, James Jenkins.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto dos planetas nunca observados hasta el momento que orbitan alrededor de la estrella de Kapteyn, una de las más viejas cercanas a nuestro propio Sol, a (solo) 13 años luz de la Tierra. Uno de esos mundos se encuentra a la distancia adecuada de su astro como para albergar agua líquida en su superficie, lo que aumenta la deseada posibilidad de que pueda ser habitable. “Esto puede representar una excelente oportunidad para -en el futuro- buscar vida fuera de a Tierra, explica James Jenkins, investigador del Centro de Astrofísica CATA.
La estrella de Kapteyn recibe el nombre del astrónomo alemán que la descubrió al finales del siglo XIX, Jacobus Kapteyn. Es la segunda estrella más rápida del firmamento y pertenece al halo galáctico, un grupo de estrellas que orbita nuestra galaxia en órbitas muy elípticas. Con un tercio de la masa del Sol, esta enana roja puede ser vista con un telescopio de aficionado en la constelación austral de Pictor.
El equipo, dirigido por astrónomos de la Universidad Queen Mary de Londres, utilizó los datos del espectómetro HARPS del Observatorio Europeo Austral (ESO) en el observatorio de La Silla (Chile) para medir pequeños cambios en el movimiento de la estrella. De esa forma, los científicos pueden deducir algunas propiedades de los planetas, incluidos sus masas y períodos orbitales.
«Nos sorprendió encontrar planetas orbitando la estrella de Kapteyn», reconoce el investigador Guillem Anglada-Escudé, responsable del estudio. El planeta bautizado como Kapteyn b podría albergar agua. Tiene al menos cinco veces la masa de la Tierra y orbita su estrella cada 48 días, lo que significa que es suficientemente cálido para que el agua líquida se encuentre en su superficie. El segundo, Kapteyn c, es una supertierra más masiva. Su año dura 121 días y los astrónomos piensan que es demasiado frío para que alguna criatura pueda darse un chapuzón en su superficie.
De momento, solo se conocen algunas propiedades de estos mundos, como sus masas aproximadas, períodos orbitales y distancias de su estrella. Pero en el futuro cercano, los astrónomos tendrán nuevos instrumentos que les permitirán medir sus atmósferas y verificar la presencia o falta de agua.
Como granos de arena
«Encontrar un sistema planetario estable con un planeta potencialmente habitable orbitando una de las estrellas más cercanas del cielo es increíble. Es una evidencia más de que casi todas las estrellas tienen planetas, y esos planetas potencialmente habitables en nuestra galaxia son tan comunes como granos de arena en una playa», apunta la astrónoma chilena Pamela Arriagada, de la Carnegie Institution, quien también formó parte del estudio.
Para Jenkins, quien ayudó a confirmar la naturaleza y la existencia de señales del planeta, “los movimientos espaciales de la estrella nos indica que proviene del halo, que es la nube de estrellas que orbitan la galaxia”, explica. Se cree que la estrella nació en una galaxia enana que fue absorbida por la Vía Láctea. Esto la puso en un nuevo camino, convirtiéndola en parte del halo de nuestra galaxia.
El remanente de aquella galaxia original es Omega Centauri, grupo de estrellas ubicado a 16.000 años luz de la Tierra que contiene cientos de miles de viejos soles. Esto sitúa la edad de la estrella de Kapteyn y sus planetas en 11.500 millones de años, 2,5 veces más antiguos que la Tierra y solo 2.000 millones de años más jóvenes que el mismo Universo. «Esto te hace preguntarte qué tipo de vida podría haber evolucionado en esos planetas durante tanto tiempo», reflexiona Anglada-Escudé.
Fuente: Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines