La última antena requerida para el proyecto Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), ha sido transportada hasta el sitio a gran altura del observatorio, ubicado a 5.000 metros sobre el nivel del mar. Con el arribo de esta antena finaliza el complemento de las 66 antenas que comprende ALMA en el Llano de Chajnantor, situado en el Desierto de Atacama, en el Norte de Chile. En el futuro, las antenas funcionarán en conjunto, como un solo telescopio gigante.
La antena número 66 de ALMA ha sido transportada hasta el Array Operations Site (AOS). Esta había sido entregada al Observatorio ALMA para sus pruebas finales, en octubre del 2013.
El plato de 12 metros de diámetro es la antena europea número 25, y la última que debía ser transportada hasta el Llano de Chajnantor. Operará en forma conjunta con las otras antenas europeas entregadas anteriormente, como también con las 25 antenas de 12 metros proporcionadas por Norteamérica y las 16 antenas proporcionadas por Asia del Este (cuatro antenas de 12 metros y doce de 7 metros).
La colaboración global de ALMA es el proyecto astronómico con base en tierra de mayor envergadura en la actualidad. La última antena europea fue fabricada por el Consorcio Europeo AEM, como parte del mayor contrato concedido por ESO hasta el momento, el cual comprendía el diseño, fabricación, transporte e integración de las 25 antenas en el sitio.
El Observatorio ALMA fue inaugurado por el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, en marzo de 2013. Dicho evento marcó la culminación de todos los sistemas principales del telescopio gigante y la transición formal de un proyecto en construcción a un observatorio completamente operativo.
“Este acontecimiento marca el punto final de muchos años en que se han transferido sistemas y componentes con tecnología de vanguardia, hasta Chajnantor, y es un hito importante para el proyecto ALMA. Ahora todas las antenas de ALMA se encuentran disponibles para ser integradas a las operaciones”, dijo Wolfgang Wild, Gerente Europeo de Programas para ALMA.
ALMA sondea el Universo utilizando luz en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, ubicadas entre la luz infrarroja y las ondas de radio en el espectro electromagnético. La luz en estas longitudes de onda se origina en enormes nubes frías en el espacio interestelar y desde algunas de las galaxias más tempranas y remotas del Universo. El telescopio proporcionará a los astrónomos una ventana hacia el misterioso Universo frío, donde yacen los secretos de nuestros orígenes cósmicos, aún por descubrir.
Fuente: ESO
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